La princesa
está triste... ¿Qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa, que ha perdido la risa, que ha perdido el color. La princesa está pálida en su silla de oro; está mudo el teclado de su clave sonoro, y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.
Rubén Dario.L ?
|
El despertador
analógico orgánico andante - mi mujer - hizo ringgg a modo de patada en mi bonito estómago,
momento en el me levanté raudo y veloz,
dejando el dedo meñique en la pata de la cama, aullando como un hombre lobo
heterosexual en crepúsculo por dicho castañazo, quemándome la cara al lavármela
y, ya de camino, dejándome las llaves del coche arriba, motivo por el cual tuve
que hacer peregrinación rociera via ascensor de nuevo a casa, intentar que la
cara de gilipollas, junto a la de sueño, se viera solapada por la mas gentil de
mis sonrisas cuando me vieron de nuevo aparecer por el dulce hogar y correr de
nuevo al bareto del peluca a tomarme media tostada de mantequilla y roquefort y
un vaso de magma volcánico con aroma adobado de café. Que digo yo que si calentara el café con
un soplete industrial este hombre le saldría el café como que templadito. Cuando lo agarras hundes el vidrio
del vaso, no digo más.
Después de untar el café y beberme la tostada, no
siempre en ese orden- ni concierto- me monté en mi jaca paca y volé hasta el
pabellón de Alcosa, no antes de dar propina a un pingüino que estaba aparcando
coches para alquilar una estufa porque hacía un frio genuinamente sevillano;
solazo primaveral y estalactitas en los cojones, algo así como hacer una fusión
de flamenco y el gagnam style- wop, wop-
Aparco el coche frente al bar el cateto, que se llama así porque el buen hombre se pone la boina a rosca, y deambulo como un
figurante de walking dead hasta el semáforo, cuando diviso en la cercanía el
vehículo del vendecolchas, al que acompañan Jose- mis dolores y yo somos uno,
pero menos- y Tiki- yo sé a qué sabe la troposfera-
Espero a que aparquen.
Me congelo.
Llegan y me descongelan.
Caminamos hasta el pabellón.
Nos congelamos todos, one more time.
Nos confunden con las figuras del belén del
ayuntamiento
Dos japonesas se hacen fotos junto a nosotros, momento
en el que Jose consigue mover una mano y roba del bolso de una de las japos,
por este orden: una cámara Nikon, una pegatina de Son Goku ,un fajo de yenes y
una navaja suiza. Para que coño tendrá una guiri japonesa una navaja suiza en
el bolso. Si al menos fuera made in Taiwan…
Mierda de japos, mierda de navajas.
Mierda de país.
Terminamos por descongelarnos del todo y conseguimos
entrar en el pabellón. Por suerte dentro del mismo hace el mismo frío que
fuera, así que no me quito el abrigo ni aunque me lo pidiera Chuck Norris.
Esperamos a que terminaran un bonito partido de
futbol-choni en el que, particularmente, el portero de uno de los equipos me
dio mucha pero que mucha pena, pensando que, a esta hora de la mañana, con la
pelusa que hacía, te tiene que gustar mucho el futbol para que una manada de
indocumentados te cosa a balonazos un domingo temprano. O eso o es masoquista. O
peor, del betis.
La pista queda libre y salimos a calentar- es un
decir, esto no lo calienta ni Pamela Anderson saliendo en picardías de un
pastel gigante- Vemos como el equipo visitante, C.B.Fresas, aparecen por el
otro lado, muy justitos de personal. Cuento siete. Me dan una colleja y me
piden que cuente otra vez. Cinco, han venido cinco fresones. Y sin balón, así
que se ponen a correr esperando que el árbitro pite los tres minutos de marras.
Por nuestra parte hemos venido todos los jugadores, sin faltar nadie. Incluso Ramos
casi viene a su hora, todo un logro por su parte, ya queda menos para que
llegue veinte minutos antes del partido. Biennnnn Ramos biennnnnnnnnnn….
Doy el quinteto y salen por nuestro equipo Jose- ay ídem,
yo te canto camarón.- Luisma- Plutón es tu amigo- Kisco- yo en tiempos fui
delgado- Clemente- he venido pero dejé el cerebro en casa- y Tiki- lo de mi
pelo no es caspa, es nieve- quedando el resto en el banquillo buscando mantas
como si no hubiera destino e intentando quemar las hojas de estadísticas para
hacer una hoguera.
El árbitro pita un minuto y arrejunto al equipo para
dar instrucciones:
-
Somos una mierda, vamos a morir.
- Negre,
tómate la medicación.
- Ah, vale.
Perdón.- me tomo un Prozac. Respiro.- ya
estoy mejor. Bueno, somos más grandes que ellos, y muchos jugadores así que
balón a los pivots y que no nos hagan contraataques, o pasa el jugador o el
balón, los dos no caben. Ah, y vamos a morir
- ¿ otra
vez?
- Es que el
prozac tarda un rato en hacer efecto.
Hacemos piña entre todos y,
como siempre, vociferamos nuestro grito de guerra.
-
ALCOHOLLLLLLLLLLLLL!!!!! ( el de 96 grados es cojonudo
para las heridas, en serio.)
Perdemos el salto, pa variar, un fresón requesón sale
disparado hacia nuestra canasta, pero falla el tiro, pillamos el rebote,
buscamos al Tiki y se casca los dos primeros puntos. Fresas nos mete un triple,
sin vaselina y sin preguntar, pero atacamos y Clemente firma otros dos puntos.
4-3. Y ya no atacaron mas. Terminamos el primer cuarto con un bonito balance de
11-3. Después de veinte años jugando a esto, resulta que al final aprendemos y
todo.
En el segundo cuarto, igualdad absoluta, llega otro
fresón y al menos el equipo contrario estrena banquillo, Ramos saca a relucir
su manita de plata y nos mantiene en el mismo, ellos nos aprietan en defensa
bajo la permisividad del arbitro, que has pitado bastante bien, todo sea dicho,
nosotros anotamos de dos, ellos de tres, y terminamos el segundo cuarto con un
25-17 que nos da cierta tranquilidad para la segunda parte. De hecho Luisma se
queda dormido y tenemos que reanimarlo con una descarga eléctrica.
En el tercer cuarto saltan las alarmas, la caraja
etílica vuelve a hacer estragos y mientras nos preguntamos si las nubes son
esponjosas y que mierda significan las palabras dadivoso, vegano y fanfarria,
ellos nos fusilan con un parcial de 8-15 dejando para el último cuarto un 33-32
que hace que me cisque en todo lo cagable. Tanto nadar para terminar ahogándose
en la orilla. Coño.
Sin embargo, este año, a diferencia del anterior,
somos conscientes de nuestras virtudes y nuestras limitaciones. Entre Kisco y
yo damos instrucciones precisas en defensa para que no nos tiren de fuera,
volvemos a incidir en la diferencia de altura y hacemos que se cansen moviendo
mucho la pelota y solo mirando al aro cuando la cosa queda sencilla. Y va y
resulta. Les forzamos a tirar de libres y, aunque tienen buen porcentaje, no es
suficiente para parar las canastas sencillas que provocamos descolocándoles la
zona. Habré gritado al Pelu mil veces tiki-taka, mover mover y mover, y
terminamos el partido con un 48-41. Ganando a los primeros del grupo, que
venían invictos, aprovechándonos de la merma de altura que traían y, coño, también
porque hemos hecho un baloncesto correcto. Ni bueno ni malo, correcto. Así que segunda victoria y que se vaya a
tomar por culo el pingüino aparcacoches, las dos japos, el portero parachonis y
los políticos en general. Palabra de dios, te rogamos, óyenos.
Pd: el post no ha sido en el cateto, porque el hombre
se tiró de un padrastro y se ve que se ha pelao entero, ahora mismo sigue
hospitalizado a la espera de que le implanten nuevo pellejo.
Pd2: ya queda menos para las camisetas
amarillopollo-negrotizóndelduro. Que ganas.
Pd3: pido perdón por no poder haber escrito en su día
la crónica de Etílicos VS Sta Aurelia, pero se me acabó el prozac y me han
tenido amarrado a una estaca toda la semana para que no me autoinmolase
degollándome con una cuchara de Pocoyó.
Mierda de Prozac, mierda de cuchara.
Vamos a morir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario